A LOS PERIODISTAS
Muchos de vosotros me habéis oído voceando por la redacción: ¡Cerrad, cerrad! cual si de un grito de guerra se tratara. Yo también lo he escuchado. Es el momento en que el periodismo tiene su matemática: espacio partido por tiempo. Espacio que hay que llenar en el periódico partido por el tiempo que tienes para elaborar la información, buscar fuentes, redactarla, apoyarla gráficamente y dibujar la página. El tiempo se acaba, es el cierre en que entregamos el periódico a la imprenta que convertirá todo ese trabajo en negro imborrable sobre blanco. Cada error lo encontraremos en sus páginas repetido miles de veces. Aún una plumilla no ha redondeado el final de un reportaje, el tiempo manda, las rotativas esperan, un fotógrafo coloca fotos en los cuadros de imagen, varios redactores aplican las últimas correcciones. Café, tensión y tabaco. Hay infartos en los cierres. Estrés y adrenalina. Los jefes de sección envueltos en papeles corregidos con el visto bueno del redactor jefe. Voces y bromas. Tenemos un proyecto común, el periódico de ese día, y vamos a sacarlo, podemos. El periódico siempre sale, y sale regularmente, a veces bien.
Frases de la redacción:
No quiero un artículo bueno. Lo quiero el martes.
Los que dicen que no se puede hacer que no molesten a los que lo están haciendo.
Muro de las lamentaciones. Golpearse aquí.
Por sus frutos los conoceréis.
Tu secretaria ha muerto. La mía también.
No. Luego, tampoco.
Sin peces, la foca no actúa.
¡Cerrad, cerrad, cerrad, bolcheviques!
Aquí estamos trabajando duro. No traiga desaliento, incompetencia, falta de fe, rumores. Sea amable. No nos rompa los nervios.
¡Hazlo!