Gustavo Morales
El ataque con dos misiles de Estados Unidos, disparados desde un dron MQ-9 Reaper, en el aeropuerto de Bagdad, ha terminado con la vida de uno de los hombres más poderosos y eficaces de la República Islámica de Irán: el general Soleimani.
¿Quién era?
Qassem Soleimani nació en el pueblo de Rabor, en la provincia iraní de Kermán, un 11 de marzo de 1957. Comenzó como trabajador de la construcción y llegó a general de división, era comandante en jefe de la Fuerza Al Quds (Jerusalén) de los Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (Sepah Pasdaran en farsi), que suman unos 125.000 hombres.
Se unió al Sepah Pasdaran en 1979, tras la caída del Sha y el establecimiento de la Revolución Islámica del ayatolá Jomeini. Combatió a los separatistas kurdos en el noroeste del país, donde obtuvo los galones de teniente. Durante la guerra que Saddam Hussein realizó contra Irán, Soleimani fue comandante en la Segunda División del ejército en su provincia natal, Kerman. Era un hombre de pequeña estatura pero audaz y que frecuentaba el trato con sus soldados en primera línea.
Tras la guerra, durante la década de 1990, fue el comandante de la Guardia Revolucionaria también en Kermán y demostró su eficacia en la lucha contra el narcotráfico procedente de Afganistán, en la frontera oriental de Irán.
Al-Quds, Siria y Líbano
A fines de 1997, fue nombrado jefe de Al-Quds, un grupo secreto de operaciones de los Guardianes de la Revolución fuera de las fronteras de la República Islámica. Una vez más demostró ser un fino estratega en sus actuaciones en favor de los chiíes en Oriente Medio, especialmente en la formación de las milicias del partido libanés Hezbolá. El 24 de enero de 2011, fue ascendido a general de división por el ayatolá Jamenei. Desde finales de 2012, llevó al Sepah Pasdaran a combatir a Siria, luchando contra los grupos terroristas Al Nusra y Daesh, conocido como Estado Islámico.
En Irak comenzó a controlar a las diferentes milicias chiitas. Quienes lo conocen lo describen como un hombre que dice poco y logra mucho. «Se ha ganado su poder porque trata directamente con las unidades en el terreno. No le atemoriza viajar por Siria e Irak para asegurarse de que las milicias son capaces de enfrentar la amenaza de EI (Daesh)», explica Hayder al Joei, del Instituto Real de Asuntos Internacionales. «Tiene credibilidad en la esfera política y también en la militar», agrega.
Soleimani rara vez aparecía en público. Pero, a veces, en los funerales de algún miembro de su fuerza Quds, se le ha visto llorar.
En Líbano, Soleimani ha fortalecido al grupo chiita Hezbolá; y participó en la apertura de esa milicia a otras confesiones: «El pueblo libanés, incluyendo a drusos, musulmanes y cristianos, no tiene otra esperanza que el Hezbolá». En Siria, ha reforzado al presidente Bashar al Asad, definiendo la estrategia que permitió a Damasco cambiar el curso de la guerra contra las fuerzas insurrectas y recobrar ciudades y pueblos claves. En Yemen, ha organizado a los milicianos hutíes de Ansarolá.
El exembajador de EE.UU. en Irak y Afganistán, Ryan Crocker, recordó en una entrevista con la BBC la importancia política de un hombre que no parecía estar en primera fila, el general Soleimani. «Mis interlocutores iraníes dejaron claro que aunque mantenían a la cancillería de su país informada, al final era Soleimani quien tomaba las decisiones».
Efímera colaboración con Washington
A petición de Washington, Soleimani ordenó al Ejército del Mahdi, dirigido por el separatista chiíta iraquí Muqtada al-Sadr, que dejara de atacar objetivos estadounidenses en Bagdad en 2010 para favorecer la llegada al poder de un líder chií. Antes, cuando Estados Unidos invadió Afganistán tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, los funcionarios iraníes – por orden de Soleimani – le dieron a los representantes estadounidenses un mapa de las bases talibanes a atacar en Afganistán. Recordemos que los talibanes masacraban a los hazaras, los chiíes afganos,
Un hombre poderoso
El poderío de la Guardia Revolucionaria Islámica, a la que pertenecía Soleimani, no es sólo militar, es un ministerio clave que controla en Irán la economía, las finanzas, la energía, incluyendo la nuclear, y la construcción. El líder del Sepah es Mohammad Ali Jafari. También los guardianes de la Revolución están detrás de los ciberataques desde Irán. En todo el año 2012 el Sepah Pasdaran usó a una empresa iraní para hackear instituciones financieras de los Estados Unidos, como constató el Departamento del Tesoro norteamericano.
También Soleimani controlaba las cárceles gracias a su hermano menor, Sohrab Soleimani, encargado de la Seguridad y Cumplimiento de la Ley de la Organización de Prisiones del Estado.
Postura frente a Trump
El presidente Donald Trump tuiteó: «Nunca más se burlen de los Estados Unidos, o de lo contrario afrontarán consecuencias que nadie en la historia ha visto jamás». Los comentarios de Suleimani se hicieron en respuesta al tweet del mandatario norteamericano. En un discurso en Hamadan, el jueves 7 de agosto, Soleimani calificó las amenazas de Trump «literatura de pesadilla» destacó que su Fuerza Al Quds había hecho fracasar a Estados Unidos en la región. También habló sobre «el uso de pañales para adultos por parte de soldados estadounidenses». El general Soleimani consideraba a Estados Unidos incapaz de entablar una guerra con Irán. El presidente iraní, Hassan Rouhani, el 7 de julio, comentó lo que implicaba que el Estrecho de Ormuz estuviese cerrado a los petroleros en caso de un embargo de petróleo contra Irán. Esta serie de idas y vueltas entre Donald J. Trump y Qassem Soleimani concluyeron en un ataque aéreo dirigido por el Pentágono, con autorización del Presidente estadounidense.
Muerte
El 3 de enero de 2020 la televisión iraquí anunció la muerte del general Soleimani en Bagdad (Irak), que fue causada por un ataque aéreo estadounidense en el aeropuerto de esa ciudad, ordenado por Donald Trump, justificado para erradicar «planes activos que conlleven atacar a las tropas y diplomáticos estadounidenses”. La República Islámica de Irán ha prometido venganza. Ali Jamenei, líder supremo de Irán, en homenaje a sus actuaciones, designó al difunto Soleimani como mártir y, a su vez, lo ascendió de manera póstuma a teniente general. Ha nombrado en su lugar al general Esmail Gha’ani, quien tendría 19 años cuando se produjo la revolución de 1979. Alcanzó la madurez combatiendo en la guerra impuesta por Saddam Hussein. En esas trincheras se forjaron las camaraderías, con un cierto paralelismo con el mismo compañerismo que se forjó en la Gran Guerra europea.
Ahora las cancillerías de todo el mundo se plantean cuál será la venganza de los persas.