Gustavo Morales
El presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, anunció que presentará su dimisión oficial el próximo 13 de julio, forzado por las masivas protestas contra su gestión y la de su hermano, Mahinda, que fue primer ministro. El anunció lo hizo Mahinda Yapa Abeywardena, presidente del Parlamento.
Gotabaya Rajapaksa emigró a los Estados Unidos en 1998, y regresó a Sri Lanka en 2005 para apoyar la campaña electoral de su hermano a la presidencia quien, tras la victoria, le nombró Secretario de Defensa. Durante su mandato, las Fuerzas Armadas de Sri Lanka vencieron en la guerra civil, derrotando a los Tigres Tamiles y asesinando a su líder Velupillai Prabhakaran en 2009. Fue víctima de un intento de asesinato en 2006, por un terrorista suicida perteneciente a los Tigres Tamiles.
La guerra civil
La Guerra Civil de Sri Lanka fue un conflicto de 26 años, desde 1983 hasta 2009, que se libró en la isla de Sri Lanka entre el gobierno y la organización separatista Tigres de Liberación de Tamil. Estos intentaban crear un estado tamil independiente en el noreste de Sri Lanka, donde son mayoría aunque en total representan el 11% de los 22 millones de personas que pueblan la isla.
En 1990, los Tigres Tamiles expulsaron a los musulmanes de la provincia del norte y confiscaron sus propiedades. Los mahometanos son algo menos del diez por ciento de los esrilanqueses. Era la represalia por las atrocidades cometidas contra los tamiles en la Provincia Oriental por musulmanes, que eran acusados de colaboradores del ejército de Sri Lanka.
La crisis económica
Gotabaya Rajapaksa ganó las elecciones presidenciales de 2019 al frente de un partido nacionalista cingalés-budista con dos ejes: el desarrollo económico y la seguridad nacional. Es la primera persona con currículum militar en ser presidente del país. En las elecciones parlamentarias de agosto de 2020, el partido encabezado por los hermanos Rajapaksa también ganó por amplia mayoría. El expresidente Mahinda Rajapaksa se convirtió en el nuevo primer ministro en la administración de su hermano hasta el pasado mes de mayo, cuando Sri Lanka dejó de pagar la cuota de su deuda exterior. Sri Lanka paso de 7.500 millones de dólares en noviembre de 2019 a 1.100 millones de dólares en mayo y reduciéndose aún más.
Las protestas han ido creciendo durante meses y se han intensificado en la capital, Colombo. La crisis financiera del país se agravó por la carencia de divisas extranjeras para pagar sus importaciones, incluidas comida, medicinas y combustibles. El gobierno de Sri Lanka anunció este mes de julio que la prohibición a la venta de gasolina y diésel a consumidores particulares.
Las escuelas de Sri Lanka tuvieron que cerrar, y las autoridades pidieron a la nación que hicieran teletrabajo. La inflación alcanzó el 30%.
El gobierno atribuye la crisis a la pandemia del coronavirus, que afectó la industria turística de Sri Lanka, una de sus principales fuentes de ingreso de divisas. El turismo también se ha alejado desde la Pascua de 2019, cuando los salafistas musulmanes de la Organización Nacional del Monoteísmo, leal al Estado Islámico, multiplicaron los ataques con explosivos a iglesias y hoteles. Esta carencia de divisas se agravó con una mala fiscalidad.
Sri Lanka intentó conseguir bienes para el consumo interno en detrimento de sus exportaciones, cuyos ingresos fueron bajando mientras subían las importaciones y crecía el déficit por cuenta corriente.
Sri Lanka importa 3.000 millones de dólares más al año en productos de lo que exporta. El gobierno acumula enormes deudas con países como China, para financiar proyectos de infraestructura de dudosa necesidad: un aeropuerto, un centro de convenciones, y el puerto de Hambantota, cedido a Pekín por 99 años. China es el tercer acreedor de Sri Lanka (10%), después de Japón y el Banco Asiático de Desarrollo.
En junio, Sri Lanka recurrió al Fondo Monetario Internacional pidiendo un rescate de 4.000 millones de dólares.
Historia
En su origen, la isla fue una colonia portuguesa. En el siglo XVII los lusos fueron expulsados por los holandeses que se apoderaron del reino y capturaron al rey Rajasinghe II. Los holandeses protestantes reprimieron a los católicos pero sin molestar a los budistas e hindúes, mayoritarios, ni a los minoritarios musulmanes. Los holandeses establecieron impuestos mucho más elevados que los portugueses.
Durante las Guerras Napoleónicas, Reino Unido ocupó la isla, a la que llamó Ceilán. En 1802, se convirtió en otra colonia británica. El campesinado fue despojado de sus tierras cuando los británicos descubrieron que las tierras altas eran ideales para el cultivo de café, té y caucho.
A mediados del siglo XIX, el té de Ceilán se había convertido en un elemento básico del mercado británico, lo que trajo una gran riqueza a los cultivadores ingleses. Los plantadores importaron una gran cantidad de trabajadores tamiles del sur de la India para trabajar en las haciendas, que pronto representaron el 11% de la población de la isla y, muchos años después, constituirán un movimiento separatista.
La administración colonial británica favoreció a los plantadores, a los cingaleses de casta alta y a los tamiles que se concentraron principalmente en el norte del país.
En 1909 comenzó el desarrollo constitucional. El sufragio universal se introdujo en 1931 tras las protestas de la élite cingalesa, tamil y burguesa que se oponía a que se permitiera votar a la gente común.
En 1972 Sri Lanka asumió el estatus de República socialista. En 1977, los socialistas pierden las elecciones que gana Junius Jayewarden, prometiendo una economía de mercado y cereales gratis.
Los partidos de izquierda fueron prácticamente eliminados en el Parlamento, aunque obtuvieron el 40% del voto popular, dejando al Frente Unido de Liberación Tamil, liderado por Appapillai Amirthalingam, como la oposición oficial. Esto creó una peligrosa división étnica en la política de Sri Lanka.
En 1978 se introdujo una constitución que convertía al presidente ejecutivo en jefe de estado. La guerra civil de Sri Lanka comenzó en 1983, incluidas las insurrecciones en 1971 y 1987, y se prolonga un cuarto de siglo.
¿Dónde va Sri Lanka?
Desde 2010, Sri Lanka ha incrementado vertiginosamente su deuda externa. Se agravó con la recesión por la pandemia de la covid 19. En 2021, esa deuda aumentó al 101% del PIB.
En marzo de 2022 comenzaron las protestas contra el Gobierno. Se producían cortes de energía de más de 12 horas diarias. La dura represión de las manifestaciones llevó a la violencia por ambas partes. El gobierno declaró toque de queda en Colombo pero no fue suficiente y el país está ahora sin divisas, sin energía, sin comida, sin medicamentos y sin gobierno.
Los partidos parlamentarios se reúnen hoy, 10 de julio, para buscar una salida a la crisis mientras China e India maniobran para hacerse con la hegemonía en la antigua Ceilán. Rusia ya le vende petróleo.